El humor catastrófico, accidental y ácido del novelista británico Tom Sharpe sigue ganando miles de adeptos en todo el mundo desde hace décadas. En la estupenda edición Compactos de Anagrama podemos encontrar los catorce títulos que conforman la obra del octogenario escritor.
En sus cuarenta años como narrador, Sharpe ha sabido trasladar al papel los absurdos de la sociedad que ha vivido. Ha caricaturizado a la humanidad y ha llevado a sus personajes al límite con el fin de provocar en el lector una carcajada inmediata, al tiempo que nos ha demostrado que en nuestras ciudades, universidades u hogares pueden sucederse, de la noche a la mañana, todo tipo de situaciones surrealistas e inverosímiles producto de la ineficacia de las leyes, la estricta burocracia, los anticuados principios y, sobre todo, la estupidez humana.
Ancianos desencantados con la vida moderna, esposas desesperadas y hombres algo bobalicones, limitados e ineptos sexuales son los protagonistas de novelas tan disparatadas como Zafarrancho en Cambridge, El temible Blott, Reunión Tumultuosa o Wilt, entre otras.
Las fatídicas aventuras y peripecias de este último, marido desencantado y padre desquiciado, tienen su punto y final, hasta la fecha, en Wilt no se aclara (2004), novela que cierra la tetralogía sobre el personaje más popular de Sharpe. Sin menospreciar al resto.
En Wilt no se aclara la proximidad de las vacaciones se convierte para Henry Wilt en una auténtica pesadilla. Si ya es ardua la tarea de controlar las salidas de tono de los profesores de la escuela politécnica, más dura es la labor de entretener y cuidar de sus cuatro hijas y convivir con su inmensa y combativa esposa Eva, que desea pasar el período estival en casa de unos acaudalados y retrógrados familiares estadounidenses. Pero Wilt quiere soledad, tranquilidad y caminar por una arcádica Inglaterra. Así que cada uno tomará direcciones diferentes. Lo que no puede prever nuestro protagonista es que en su retiro espiritual se cruzarán pirómanos y sadomasoquistas. Mientras que Eva y las niñas viajarán en el mismo avión que Sol Campito, traficante de las drogas más vanguardistas.
En esta ocasión, las cuatrillizas cobran un protagonismo especial, relegando a Wilt a un segundo plano, gracias a sus salidas de tono con el religioso y conservador matrimonio sin hijos Immelmann, tíos de Eva, a los que ésta pretende impresionar para que al morir dejen su fortuna a las pequeñas Wilt. Las conversaciones sobre sexualidad y sodomía se suceden a un ritmo vertiginoso en un clima antediluviano idóneo para provocar el malentendido, la burla y el sarcasmo. Tom Sharpe muestra, con su ilimitada imaginación y su sentido del humor, la doble moral americana, como ya hiciera en La gran pesquisa (1977).
Wilt no se aclara es una novela imprescindible en el universo de este fracasado personaje, que provoca en sus lectores y asiduos comprensión y empatía. Y es que las novelas de Sharpe no están tan lejos de la realidad como puede parecer, tan sólo un poco alteradas.